Santiago Martín Salvador
nació en Madrid en 1935. Ha fallecido en Benidorm el 8 de Octubre de 2021. Aficionado al dibujo desde pequeño, comenzó
estudios artísticos en su adolescencia tras la recomendación a sus
padres del pintor José Caballero. Coincidió en la Escuela de Cerámica de
la Moncloa con otros futuros dibujantes (Casarrubio, Bielsa), y allí
aprendió los rudimentos clásicos en dibujo, pintura y cerámica. Trabajó
realizando diseños en la tienda de muebles Loscertales durante un
tiempo, que abandonó cuando consiguió publicar historietas de forma
profesional, a mediados de los años cincuenta.
Junto
con otros compañeros de Madrid comenzó a colaborar en la revista Chicos
de Consuelo Gil en su tercera etapa, con historietas del oeste como
“Los dos terremotos” o “Los dos diablos”, ambas con guiones de John
Warren, o el serial “El tambor de granaderos”, con guión de González
Casquel. Con este autor realizó su primera obra de amplia difusión
popular, Mendoza Colt, de Editorial Rollán, una serie de cuadernos
también de género del Oeste que tuvo que abandonar tras iniciar el
servicio militar obligatorio. Con algunas colaboraciones más en
publicaciones madrileñas (Aventuras del FBI, también de Rollán, o la
revista Balalín), desde finales de los cincuenta se dedicó por completo a
trabajar a través de agencias artísticas, en concreto con Selecciones
Ilustradas de Josep Toutain (aunque ya había realizado algunas tiras del
personaje Dusty Calvert para la agencia madrileña Histograf).
A
través de SI comenzó a realizar historietas para el Reino Unido, a
donde llegó a trasladarse con su esposa a los veintitrés años, sobre
todo para publicaciones de la editorial Fleetway (como Thriller Picture
Library o Commando). Aunque muchos de sus compañeros dieron fama al
género romántico dibujado por españoles, Martín Salvador (que ya había adquirido este nombre artístico para que no le confundieran con el torero Santiago Martín)
elaboró sobre todo historias de acción y aventura, género para el que
se veía especialmente dotado por su lograda ambientación histórica.
Con
un estilo ya maduro y de tendencias clásicas, naturalistas, a finales
de los sesenta comenzó a trabajar en el serial de El Santo (Helgenet)
para los países del norte de Europa, uno de sus proyectos más longevos
(y más desconocidos en nuestro país) que le mantuvo ocupado durante más
de veinte años.
Simultaneó este serial con un
gran número de historietas de horror para la editorial Warren, siempre a
través de la agencia SI, donde pudo experimentar con nuevas técnicas de
dibujo y nuevas temáticas, y con diversos trabajos de sindicación
(Shi-Kai para el mercado alemán, Dick Turpin, con guiones de Victor
Mora, para varios países europeos). La mayor parte de este material que
realizó en las décadas de los setenta y ochenta fue recuperado en
publicaciones españolas de la época.
A mediados
de los ochenta, tras la crisis de la industria del cómic que supuso el
cierre de la mayoría de revistas destinadas a adultos, comenzó a
trabajar como ilustrador para el mercado editorial, el cinematográfico y
el publicitario, realizando numerosos storyboards.
Tras
algunas experiencias más con la historieta a principios de los noventa
(nuevas historietas de horror realizadas directamente para la revista
Creepy española, o colaboraciones en Mentalman o Galimatías), abandonó
por completo el medio para dedicarse a la ilustración y la pintura.
A
pesar de su evidente calidad, todavía está por hacerse un análisis de
su dilatada obra. Desde los años 50 a los 80, y desde la revista Chicos
hasta las cabeceras de la Warren, pasando por el mercado inglés, Martín Salvador
llevó a cabo numerosos trabajos, siempre con un impecable sello de
autor virtuoso y capaz, dibujante de espléndido estilo clásico y mirada
constantemente dinámica.
Su paso por Inglaterra
a los veintitrés años fue el comienzo de una etapa verdaderamente
brillante, comparable a la de Víctor de la Fuente, Jesús Blasco, José
Ortiz y Luis Bermejo, con los que formó un quinteto que imprimió una
calidad realmente abrumadora e irrepetible. Participó en "Robín Hood",
"El Santo", "Dick Daring", "Buck Jones", "James Bond", etc. A destacar
su estupendo "The Iron Man", en cuyas páginas trabajó durante varios
años.
Martín Salvador
es, sin lugar a dudas, uno de los grandes autores de la historia de
nuestro cómic. Un dibujante que debería recuperarse lo más rápida e
íntegramente posible.
Fuentes: Tebeosfera y Jesús Duce
CONTENIDO:
Muchísimas gracias por el aporte y por el trabajo.
ResponderEliminarCreo que en esta compilación hay un error...tres de las obras tienen todo el estilo de José María Bielsa.
ResponderEliminarSon: "Locura comanche" "El cargamento peligroso" y "Sangre y plomo", son obras realizadas también para el mercado británco, concretamente para los llamados "Pocket", son estilos de dibujo totalmente diferentes.
Por otro lado FELICITACIONES por vuestro esfuerzo