Aquellos inolvidables tebeos...: INTEGRAL CAN CAN 06 - Chicas burbujeantes (Por Tebeosycomics)

CHICAS BURBUJEANTES

Can Can fue una revista de historietas de periodicidad semanal editada por Bruguera entre 1958 y 1978. La primera época de la revista, en la que mantuvo el subtítulo de la revista de las burbujas. La revista se lanzó para competir con "Tío Vivo", fundada un año antes por cinco autores que habían abandonado Bruguera: Cifré, Conti, Escobar, Giner y Peñarroya. Ambas revistas se inspiraban en la argentina Rico Tipo y mostraban chicas más sensuales de lo que era habitual hasta entonces. Tales modelos femeninos solían ajustarse a las modas "saco", "can can" o "Guendalina".
Ausentes Cifré, Conti, Escobar, Giner y Peñarroya, los encargados de sacarla adelante fueron Bosch Penalva, Carrillo, Jorge, Gin, Gosset, Francisco Ibáñez, Nadal, José Luis Ortega, Raf, Blas Sanchis, Roberto Segura, Tono, Vázquez y Julio Vivas.
Cuando Bruguera creo esta revista fue para potenciar de manera más decidida la representación gráfica de la mujer como reclamo para acercarse a un lector no infantil, poniendo de manifiesto ya desde su título que era una revista para personas mayores, Can Can «La revista de las burbujas».
Una de los temas importantes de esta revista fueron las contraportadas que tenían grandes fotos en color de actrices y cantantes del momento.

La censura afecta a los tebeos a partir de 1952 y se mantiene implacable en las revistas llamadas «infantiles» si bien a partir de 1958 se permite un cierto aperturismo hacia el lector adulto (el nacimiento de la revista Can Can es ejemplo de ello).
Existen algunas anécdotas dignas de mención, ya que la censura en aquellos años era tajante y hablar de la mujer y más del alzamiento de faldas, estaba penalizado por los censores.
Josep Escobar decía que “El censor era un cura de cuyo nombre no quiero acordarme”.
Francisco Ibáñez también comentaba que “Gráficamente era impensable usar el tiralíneas para dibujar una viñeta. En cuanto el censor veía una línea recta, la tachaba diciendo excitado que era un miembro viril.
Por supuesto, tampoco estaba permitido hacer demasiadas curvas porque se asociaban a las señoras”.
También Ibáñez recordaba en una anécdota que “En una ocasión saqué a una señora mexicana, tipo tonel, sin formas, peinada con una cola de caballo.
La censura devolvió tachado el original, con la explicación de su prohibición. ¿Motivo?: Las colas de caballo incitan a los niños a masturbarse”.