sábado, 8 de agosto de 2020

"Guía de un astronauta para vivir en la Tierra" de Chris Hadfield y otro. Aporte de Urijenny. LIBROS ILUSTRADOS nº 34

 
Uno de los escenarios maravillosos y misteriosos que la ciencia ficción puso a disposición de los lectores del género es el del espacio sideral y consecuentemente los viajes de exploración por el espacio infinito del Cosmos. Este es el concepto central de recordadas series de tv y cine como
 "Star Trek", y de innumerables libros de aventuras espaciales. Siguieron las historias de colonización de planetas, de transporte de materiales y comercio entre los mismos, los imperios estelares, las guerras entre planetas e imperios espaciales, la space opera con sus historias tipo
 "Los 3 mosqueteros" adaptadas al escenario espacial, etc....

Si bien las historias precursoras de viajes por el espacio eran puramente fantásticas 
(las historias de Cyrano de Bergerac por ejemplo), siguieron historias de viajes
 y mundos en el espacio más racionales a partir de "Los Libros Starianos" de 
Charlemagne Ischir Defontenay, el "Viaje a la Luna" de Verne
 y sus secuelas, y a partir de allí numerosísimas historias hasta la actualidad.

A partir del inicio de los viajes al espacio y la exploración real de la Luna hay un fundamento de hechos reales para las historias de la exploración del espacio. 
Este libro que dejo a a continuación
 es una buena lectura de lo que realmente pasa o puede pasar en un viaje y estadía en el 
espacio en una estación espacial.



"Guía de un astronauta para vivir en la Tierra" de Chris Hadfield

Esto dice el autor en la introducción del libro:

"Las ventanas de una nave espacial enmarcan milagros como si nada. Cada noventa y dos minutos, un amanecer: un pastel relleno que comienza con naranja y luego sigue con una gruesa cuña de azul, para pasar a un glaseado de lo más suntuoso y obscuro decorado con estrellas. Queda al descubierto el diseño secreto de nuestro planeta: montañas surgidas bruscamente de ordenadas llanuras, bosques como tajos verdes ribeteados de nieve, ríos que destellan al Sol retorciéndose y girando como gusanos plateados. Los continentes se extienden rodeados de islas que salpican el mar como delicados fragmentos de cáscaras de huevo.


Mientras flotaba en la cámara estanca antes de mi primer paseo espacial, supe que estaba a punto de descubrir una belleza aún más extraña. Deslizarme al exterior, sumergirme plenamente en el espectáculo del Universo sujeto a una nave espacial que giraba alrededor de la Tierra a 28.000 kilómetros por hora, era un momento en el que había soñado 
y para el que había trabajado casi toda mi vida. Sin embargo, suspendido en el filo de lo sublime, me enfrenté a un dilema un tanto ridículo: ¿cómo salir? La escotilla era pequeña y circular,
 pero con todas las herramientas sujetas con correas al pecho y las enormes bombonas de oxígeno y los dispositivos electrónicos atados a la espalda
, yo era cuadrado. Astronauta cuadrado, agujero redondo.

El momento cinematográfico que me había imaginado al hacerme astronauta, con la banda sonora in crescendo mientras salía elegantemente a la tinta de un negro azabache del espacio infinito, no iba a producirse. En cambio, lo que tuve que hacer fue menearme con torpeza y paciencia, más concentrado en lo prosaico que en lo mágico: procurar que no se enganchara el traje espacial ni enredarme con la cuerda para no aparecer en el Universo como un ternero amarrado.


Con cuidado, asomé primero la cabeza para contemplar el Mundo como solo lo han visto unos cuantos seres humanos, llevando un sólido cinturón cohete con su propio sistema propulsor y su palanca. El propósito era que, si fallaba lo demás, pudiera encender el cohete, accionado por un tanque de nitrógeno presurizado, y maniobrar hacia la seguridad de la nave. Una experiencia suprema, un camino inesperado.

Astronauta cuadrado, agujero redondo. De hecho, es la historia de mi vida: resolver cómo llegar a donde quiero ir cuando el mero hecho de pasar por la puerta ya parece imposible. Sobre el papel, se diría que mi trayectoria profesional estaba predeterminada: ingeniero, piloto de cazas, piloto de pruebas, astronauta. El camino típico en esta profesión, recto como una regla. Sin embargo, en realidad la cosa no fue así. Desde el principio hubo curvas muy cerradas y callejones sin salida. Yo no estaba predestinado a ser astronauta. Tuve que esforzarme para serlo."





El Coronel Chris Hadfield ha pasado casi cuatro mil horas en el espacio. Durante ese tiempo ha irrumpido en una estación espacial valiéndose de una navaja suiza, se ha deshecho de una serpiente viva mientras pilotaba un avión y se ha quedado momentáneamente ciego mientras se aferraba al exterior de una nave espacial en órbita. El secreto del éxito del Coronel Hadfield, y de su supervivencia, es una filosofía nada convencional aprendida en la NASA: prepararse para lo peor... y disfrutar cada instante de ello.



En esta "Guía de un astronauta para vivir en la Tierra", Hadfield hace una descripción minuciosa de los años dedicados a adiestrarse y a explorar el espacio, con el fin de mostrar cómo hacer posible lo imposible. Mediante historias reveladoras que transmiten toda la emoción del momento de un lanzamiento, la maravillosa fascinación de los paseos espaciales, y la sangre fría imprescindible en los momentos críticos, Hadfield explica el modo en que el saber convencional puede suponer un obstáculo para alcanzar los logros...

  Se incluyen además de la traducción en español,  la versiones en portugués, inglés, y francés del libro para que el posteo sea multilingüe
 

Como complemento se incluye el libro: "You are here - Around the World in 92 minutes"  
del mismo Hadfield, en inglés y en formato epub, con numerosísimas fotografías tomadas 
desde la Estación Espacial Internacional.

 











6 comentarios:

  1. Otros dos grandes libros. Muchas gracias por el trabajo

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  2. Fantástico aporte. Muchas gracias Urijenny por estos libros que nos abren a horizontes soñados.

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  3. Hola. Recientemente descubrí su sitio y me gustaría comunicarme con usted en relación con una serie de cómics que ya no está disponible en el servidor. ¿Podría volver a ponerse en contacto conmigo a través de este correo electrónico, por favor? (josephineconte@live.fr)

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  4. Otra maravilla para disfrutar. Muchas gracias. Gustavo

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  5. Muchas y mil veces muchas gracias, por otra maravilla más.

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  6. Muchas gracias a todos por los comentarios. Un cordial saludo amigos.

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