Tanto en relatos del oeste o de ciencia-ficción, bélicos o policiacos, de misterio o de terror se sentía a gusto Luis García Lecha, escritor de los llamados “de kiosko”, que cultivó con éxito todos estos géneros y publicó, con el seudónimo de Clark Carrados, o con el de una divertida adaptación fonética al inglés de su auténtico nombre: Louis G. Milk,
cientos de novelas en varias colecciones.
Y como Louis G. Milk firmó los guiones de una serie de historietas que publicó en sus revistas la Editorial Bruguera: ”ASTRA. Servicio Secreto”.
El primer episodio apareció en el número 14 de la revista Bravo en 1968, con dibujos del C. Baro, y en él conoceremos a los protagonistas de la saga, Janie Kent y Mike Denson y tendremos un atisbo de la organización a la que ella pertenece, que será el eje de los sucesivos relatos. En la portada de la revista, Edmond presentaba su visión de la serie con una imagen resuelta con su elegancia habitual.
El siguiente episodio de“ASTRA” (¡El ladrón de cerebros! ) que apareció en Bravo no llegó hasta el número 23, y para entonces Mike Denson ya aparece formando parte de la organización. Naturalmente, existirán historias intermedias que deben explicarlo, pero publicadas en otras colecciones... Bruguera hacía estas cosas.
Publicado por Granada XV
https://mega.nz/file/3WJmFJJY#z0NnffIbLYMTCvRihJUAEhQqlGdPXgx735c0yaavGQw
¡Genial!
ResponderEliminarMuchas gracias.
Es cierto que Bruguera solia interrumpir o publicar desordenadamente sus series,... ¿Se sabe la razon? Porque,... dbe existir algun motivo, ¿no?
ResponderEliminarEl tiempo habia enterrado la tremenda decepcion y ensacion de vacio que me producian estos socavones en las ediciones de Brucuera. Que rabia daba, oye.
Por cierto; muchas gracias por estos maravillos rescates y estos prologos, estas introduducciones. Gracias.
Tashi delek!
Pues yo creo que no, al menos no he encontrado nada escrito sobre ello... aparte de esa frustración que todos compartíamos, claro. Lo cual, recuerdo, me llevaba a comprar (y cambiar, por supuesto) las revistas de Novaro, que siempre tenían un final.
EliminarY gracias por los comentarios.
Muchas gracias por esta generosa informacion. Confieso que, en el fondo, esperaba que tu inagotable fondo de conocimiento sobre el noveno arte, pudiera arrojar un dato desvelador sobre el comportamiento editorial, que justificara nuestra decepcion infantil y juvenil, en una sociedad en que, la ilusion, era un potente acicate y, a ello, contribuian las incombustibles historias capaces de transportarnos y sustraernos y, por supuesto, de mantener el suspense y la esperanza, hasta la semana siguiente. Una lastima.
ResponderEliminarInsisto: muchas gracias.
Tashi delek!
Salu2
ResponderEliminarEnlace caído, resubir si es posible, por favor.
Gracias