Enrique Pertegás Ferrer
15-VII-1894 / 10-II-1962, Valencia ( España)
Hijo de un respetado médico católico y una profesora de dibujo, Pertegás a los trece años ya era propuesto como mejor alumno de la Academia de Bellas Artes de San Carlos y a los 21 optaba a una beca para profundizar sus estudios junto a nombres como los de Antonio Fillol, Salvador Tuset o José Pinazo. Ya entonces era miembro de la asociación valencianista València Nova. A ella le sucederían otras, como Pàtria Nova y Joventut Valencianista, de las que Pertegás también sería parte muy activa hasta los años veinte. Fue ilustrador de prensa y escenógrafo vinculado a esos movimientos, y firmó portadas para Semanai Valencianiste, Periódich Regionaliste, y en libros de autores de su cuerda, como Mariano Ferrandis o Llorente Falcó.
De hecho, acabó casándose en 1915, a los 31
años, con una mujer de dicho entorno, Elisa Senís, hija del compositor y
director de orquesta del Teatro Ruzafa. Gran parte de su producción la
destinó a la prensa que editaba Vicente Miguel Carceller, republicanista
a ultranza que triunfó con sus periódicos El Clarín y La Traca.
Pertegás publicó en ambos periódicos ilustraciones y viñetas, en el
primero sobre asuntos taurinos, con su nombre, y en el segundo viñetas
de humor grueso, de carácter sicalíptico (un neologismo burlesco creado
por entonces –supuestamente tomado del griego sykon, «higo» o «vulva», y
aleiptikós, «excitante»– para definir todo lo relacionado con lo
erótico y pornográfico) sobre todo, y siempre utilizando seudónimos.
Allí usó Tramús, y luego utilizó otros sobrenombres, como Sade y se cree
también que Fersal, en revistas del mismo editor como
La Chala, El
Piropo, Bésame, Rojo y Verde, y otras.
También fue un gran representante de la feminidad ilustrada, más o menos
erótica, como lo ejemplifican sus portadas e ilustraciones para la
serie de novelas El cuento de Dumenche (1914), para la novela de Blasco
Ibáñez Mare Nostrum, en la revista El Fallero, o mismamente en sus
pinturas, que dieron mucho que hablar en su momento debido a su
atrevimiento y frescura, ya que era defensor de la liberación femenina.
De forma paralela a sus dibujos de intencionalidad erótica firmados con pseudónimo, Pertegás desarrolló durante las cuatro primeras décadas del siglo XX una ingente producción en otros ámbitos de las artes plásticas. Desde muy joven, por ejemplo, se dedicó a diseñar carteles taurinos, un mundo con el que también estuvo relacionado a través de sus ilustraciones en la revista El Clarín, el principal semanario del mundo del toreo en los años veinte, ya citado. Asimismo, también decoró interiores de cafeterías (incluso fue llamado por el propio Blasco Ibáñez para decorar su casa de Menton, en la Costa Azul francesa) y se dedicó intensamente a ilustrar portadas de cuentos, folletines y novelas.
De forma paralela a sus dibujos de intencionalidad erótica firmados con pseudónimo, Pertegás desarrolló durante las cuatro primeras décadas del siglo XX una ingente producción en otros ámbitos de las artes plásticas. Desde muy joven, por ejemplo, se dedicó a diseñar carteles taurinos, un mundo con el que también estuvo relacionado a través de sus ilustraciones en la revista El Clarín, el principal semanario del mundo del toreo en los años veinte, ya citado. Asimismo, también decoró interiores de cafeterías (incluso fue llamado por el propio Blasco Ibáñez para decorar su casa de Menton, en la Costa Azul francesa) y se dedicó intensamente a ilustrar portadas de cuentos, folletines y novelas.
Tras la Guerra Civil se salvó de la depuración debido a sus amistades entre la milicia franquista, pero su obra pictórica de desnudos desaparecieron en los primeros años de posguerra, así como gran parte de las publicaciones de Carceller en las que había dibujado. Pertegás volvió a dibujar para la prensa popular, pero ahora haciendo tebeos para Guerri (Ultus) o para Valenciana (Silac, sobre guión de su hijo P. Senis) y otros de carácter infantil, Jaimito, S.O.S., Mariló, Juventud Audaz y Pumby, firmadas bajo el nombre de Henry. Murió en en 1962, a los 78 años, en el olvido público más absoluto
Fuentes: Tebeosfera y Valencia Plaza
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Tendrian la amabilidad de resubir los los enlaces, gracias
ResponderEliminarLastima
ResponderEliminarLos enlaces siguen caidos
Muchas gracias por la labor del blog. Es maravillosa
Un saludo
muchas, muchas gracias
ResponderEliminarLa atencion no puede ser mas excepcional
Un saludo Fernando