martes, 23 de enero de 2018

Mendoza Colt - Editorial Rollán - EAGZA



Mendoza Colt

Mendoza Colt 1955
Dibujo: M. Salvador / Armando / Arturo Arnau /Jesús Herrero
Guión: M. González Casquel
Editorial Rollán - 120 números 17x24

El lejano Oeste, con sus millares de habitantes junto al siglo XIX, con sus ranchos y sus villorrios, gozó de una enorme popularidad, tanto cinematográficamente como literariamente en las décadas 40/60, y ¡cómo no!, encontró también su expresión gráfica en la mayoría de autores del cómic español.

Mendoza Colt responde al arquetipo de personaje que nos mostraban las novelas de Marcial Lafuente Estefanía, Fidel Prado, Silver Kane etc. Uno de esos héroes que se ven inmersos en un mundo de cuatreros y facinerosos, donde luchan y disparan porque así lo hacen los demás, porque la ley del revólver es una orden para ellos.

Se trata, pues, de un héroe de raíz popular, «Justiciero» como buen americano del Norte, a pesar de sus residencias españolas y que el inicio de su andadura este motivado por la venganza. Lo que el lector demandaba eran peleas en los «saloons» y muchos tiros. Por eso el cómic de Mendoza Colt está plagado de CLIC, de PUM, de BANG! BANG! BANG! Que atraviesan centelleantes las viñetas entre ráfagas de pólvora.

Lo anteriormente expuesto puede hacernos pensar que los guiones de este cómic son blandos, carentes de impacto, en el que sólo abundan los tiros y puñetazos, considerados como inocuos por la censura de todos los países, nada mas lejos de la realidad, los guiones de Mendoza Colt, en su mayoría son más que correctos, con el añadido del dibujo de Martín Salvador que valoran el texto. Esto último lo consigue por medio de la mágica ambientación de la historia. Y quizá lo más destacable de esta ambientación descansa en la caracterización de los personajes secundarios a los que viste con una destacada personalidad.

Dibuja M. Salvador de forma ágil y efectista, con unos dibujos de indiscutible calidad intrínseca, todo su trabajo presentan esa cualidad, demostrándonos ser narrador nato, ameno y perfectamente capacitado para la realización de historias del Oeste. No deja de ser chocante el comparar la cantidad de tinta vertida en elogios para algunos dibujantes menos dotados, frente al silencio que se ha mantenido sobre este autor.

Cuando Martín Salvador abandona la serie, se hace cargo de la misma Armando, quien tuvo que bregar con lo que parecía iba a convertirse en su maldición particular, la de ser el segundón de una serie ya iniciada (véase Jeque Blanco)

Poco a poco las aventuras de Mendoza Colt y su inseparable Rabietas se limitan a un episodio completo, lo que limitan su acción y desarrollo, y es aquí donde Armando confirma todo cuanto ya nos había apuntado en Jeque Blanco, su modélica puesta en imagines y composición, destacando muy especialmente en su dominio del caballo así como de la ambientación. Armando ha sido, sin duda alguna, uno de los dibujantes españoles que mejor ha dibujado el caballo, sus caballos son armoniosos y emanan movimiento, movimiento que muy pocos autores han podido igualar.

Aunque ciertamente los esquemas son sencillos y constantes dentro de un territorio que sube hasta Alaska y desciende hasta México, las aventuras de Mendoza Colt son aventuras al aire libre, de llanuras y montañas, de pequeños poblados con una sola calle, donde Mendoza se enfrentará con el forajido, nos atrevemos a afirmar que Mendoza Colt es uno de los mejores Westerns que ha dado el cómic español a lo largo de su historia, con un excelente ritmo narrativo y un gran sentido de la composición y páginas de gran belleza plástica y dibujo elegante (tanto por parte de M. Salvador como de Armando), con una buena inventiva a lo largo del relato en parajes y localizaciones.

Las editoriales madrileñas tuvieron menos presencia que las Valencianas o Barcelonesas, pero aún así podemos destacar a Rollán con sus Aventuras del F.B.I., Jeque Blanco, Mendoza Colt… Ésta última, para mí, uno de los mejores tebeos del tema western publicados en nuestro país.
La construcción y desarrollo del guión es preciso; montaje y ritmo se subordinan a la fluidez narrativa. El dibujo de M. Salvador resulta vehículo ideal para sus fines. El guión, como ya he dicho, es atractivo, ingenioso, con pinceladas de humor a cargo de Rabietas.

M. Salvador se nos muestra como un excelente narrador visual, su trazo ágil y bello describe a la perfección las escenas de acción, destacando al mismo tiempo su capacidad para enmarcar la acción en un escenario concreto, sobre todo si este es un escenario natural. Es bien sabido que el paisaje del Western es una de las principales características de este género. Los dibujos de M. Salvador, están completamente al servicio del guión, prescindiéndose de baldíos efectismos en aras del proceso narrativo.

El Mendoza Colt dibujado por M. Salvador, se trata de una buena historia, resuelta con soltura y con la elegancia que constituyó seña de identidad del autor.

Todo lo expuesto con anterioridad puede hacernos creer que el Mendoza Colt dibujado por Armando, resulta inferior al de M. Salvador, nada más lejos de la realidad. Armando fue un historietista con una especial capacidad narrativa. Gráficamente, su concepción de la viñeta es muy dinámica, recreando como pocos la potencialidad del movimiento, especialmente la del caballo. Pocos autores como Armando para el dibujo del Caballo.

 

El dibujo de Armando fue evolucionando número a número hacia un detallismo casi naturalista, muy adecuado para la descripción de paisajes y atmósferas. En definitiva cualquier análisis confirma la originalidad y la importancia de estos dos artistas en la historia de la historieta Española.

Pese a que en la actualidad el western no es un género de éxito ni en el cine ni en las historietas, las aventuras de Mendoza Colt mantienen bien alto el pabellón del cómic del Oeste en la historieta autóctona. El éxito de esta serie se debe a la calidad de los guiones y un dibujo descriptivo y meticuloso.

 

Todo ello y la atrayente portada de Mendoza Colt (1955) con el dibujo de esta arma presidiéndola, hacen que alcance los 120 números.

Exportadas a Argentina y otros países latinoamericanos dicen de la calidad de las ediciones y la internacionalidad de los temas tratados.

Si hubiera que elaborar un árbol genealógico de la historieta española de posguerra, sin duda encontraríamos a Mendoza Colt en un lugar privilegiado.

Texto : Manuel López


 Mendoza Colt

Colección de 120 cuadernos grapados con interior en blanco y negro y cubierta en color. El formato de la colección experimentó variaciones. Gozó de dos extraordinarios fuera de numeración: EXTRAORDINARIO. LA RUTA PROHIBIDA, EXTRAORDINARIO. DE RAZA DE CONQUISTADORES (estos dos de 30X21 cm., con un PVP de 5 pts.). Además, compartió dos números extraordinarios con otras colecciones aparte denominada EXTRAORDINARIO ROLLAN: ROLLAN EXTRAORDINARIO (de 1957, con portada y tripa compartida con Suchai y Aventuras del FBI), EXTRAORDINARIO (de 1958, con portada y tripa compartida con Rock Vanguard y Aventuras del FBI). Además, hubo historietas de la serie Mendoza Colt en los tebeos: AVENTURAS DEL FBI. EXTRAORDINARIO, núm. 5 y JEQUE BLANCO. EXTRAORDINARIO, núm. 4,

Hubo una reedición facsimilar de la colección en los años ochenta por COMIC-MAM.



Es improbable la existencia de un ALMANAQUE 1956 (de 24X17 cm., con un PVP de 2 pts.) ligado a esta colección.

Mendoza Colt fue un cuaderno de aventuras, obra del guionista M. González Casquel y los dibujantes Martín Salvador, Armando y Jesús Herrero. Publicado por la editorial Rollán a partir de 1955, alcanzó los 120 números.

Sus números ordinarios fueron dibujados por:
Santiago Martín Salvador, los números 1-20, 33, 34 y 44-46;2
Armando, 21-32, 35-43 y 47-953
Arturo Arnau, 96-109, 116 y 117
Jesús Herrero, 109-120.

Los extraordinarios 1 y 2 de Mendoza Colt fueron dibujados por Martin Salvador, así como las historietas del personaje aparecidas en números extraordinarios de otros personajes de la Editorial (Jeque Blanco y Aventuras del FBI) y en el primer almanaque de la Editora de 1958. La aventura aparecida en el segundo almanaque de 1959 (Atacados por los lobos) fue dibujada por Armando. Los dibujantes citados también dibujaron las portadas, pero en esta labor se les unieron otros dibujantes entre los que se identifican a Angel S. Chicharro, y a Lozano Villa.

La serie fue reeditada por la propia editorial Rollán en dos ocasiones:
En 1964, con un formato de 17 x 12 cm. y unas 26 entregas.
En 1974, con un formato de 20 x 14 cm.







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