Para 1945 las adaptaciones de obras literarias eran habituales en revistas argentinas de historietas como Espinaca, Ra-Ta-Plan, Bichofeo, El Purrete o Pif-Paf, aunque dando preferencia a las novelas de acción y aventuras. Para la misma época aunque en otro nivel, el magazine Leoplan de Editorial Sopena cumplía un importante papel en cuanto a la difusión de la literatura a nivel popular, pudiendo ser calificado como un “alma gemela” de la futura Intervalo.
Es en esas circunstancias que Editorial Columba decide agregar un nuevo título a los dos que ya venía publicando: Páginas de Columba (1923) y El Tony (1928), revista ésta que también incluía algunas adaptaciones literarias. En una jugada innovadora Columba apuesta a una combinación de series norteamericanas e inglesas con adaptaciones de grandes obras de la literatura mundial (y hasta alguna ópera) pero, aquí la diferencia, enfocadas en la novela romántica quizás como una forma de captar al público femenino.
Tapa #01 IntervaloLanzada el 13 de abril de 1945 Intervalo logra un gran éxito alcanzando en poco tiempo tiradas record. De frecuencia semanal, cada edición constaba de 48 páginas impresas en tinta sepia tamaño 20,5 x 28,5 cms, o sea la mitad que su hermano mayor, El Tony. Su fórmula habitual consistía en cuatro adaptaciones* (una completa y las restantes por entregas) y –como se dijo- conocidas series del comic norteamericano y también inglesas (*).
1953 - intervalo extra 1954 - intervalo album
El éxito de la revista determina la aparición en 1949 de su primer Anuario y poco después de los Álbumes periódicos. En 1950 aparece Intervalo Extra, un suplemento semanal de 16 páginas que ofrecía una sola adaptación y que posteriormente crece a 24 páginas con tres adaptaciones y una serie. En 1959 Intervalo Extra pasa a ser quincenal pero ahora con 48 páginas más tapas en colores. Incluso existió un “Suplemento veraniego” de Intervalo con el título de Recopilación de Obras Famosas.
1964 - Intervalo 1960 - Intervalo extraEntretanto el contenido de la edición semanal va evolucionando con el correr de los años; a mediados de los cincuenta decrece la cantidad de adaptaciones y estas tienden a ser más “historietísticas” con reducción de los textos en favor de la imagen, se da mayor cabida a autores nacionales, se incorporan adaptaciones de películas y sobre todo de un género muy popular por entonces, el radioteatro.
Este proceso de modernización no pudo evitar los efectos de la crisis que afectaba a la historieta en general en los años sesenta. Una de las medidas ensayadas fue agregar color a la tapas e incluir fotonovelas, pero nada de ello alcanzó y finalmente la edición semanal llegó a su fin en julio de 1967 con el Nº 1137. Intervalo (ahora con formato álbum) tendría una segunda época dorada con la incorporación del color a sus páginas para luego desaparecer definitivamente en el año 2000, pero esa es otra historia.
Carlos R. Martinez
NÚMERO 26 DE INTERVALO
(**) Resultaría imposible enumerar la totalidad de las series que aparecieron en Intervalo en los 22 años que duró la edición semanal. Solo a manera de ejemplo mencionaremos un puñado de ellas como “Tarzán”, “Buzz Sawyer”, “Dixie Dugan”, “Mary Worth”, “Jeff Cobb”, “Judd Saxon”, “Carol Day”, “James Bond”, “Tiffany Thames” o “Juliet Jones”