Rusty Riley, de Frank Godwin
Esta serie fue el último destello de un dibujante que llenó de luminosas imágenes
la primera mitad del pasado siglo.
Frank Godwin (20-X-1889/5-8-1959) fue un reputado artista, admirado por
las vibrantes ilustraciones que realizó para obras maestras de la
literatura como La isla del tesoro, Robinson Crusoe, Los caballeros del
Rey Arturo, Los robinsones suizos, Cuentos de Shakespeare y muchas
otras.
El dibujo de Godwin, influido por artistas del fuste de James Montgomery
Flagg (de quien se hizo amigo y con quien compartió estudio) y Charles
Dana Gibson, es clásico y depurado. Su exacto uso de la luz, de una
impecable eficacia, y la ajustada caracterización y gestualidad facial
de sus personajes ofrecen a sus imágenes una indudable vitalidad.
Como autor de comics, es recordado por los buenos aficionados por dos
seriales de aventuras. El primero de ellos se cuenta entre los más
tempranos ejemplos del género. Se trata de Connie, las peripecias de una
jovencita norteamericana de sonoro apellido, Connie Kurridge, que
Godwin comenzó a dibujar en 1927 y que no tardaron en alejarse del
estilo de comedia amable y costumbrista con el que nacieron, que no la
diferenciaba de otras muchas historias de jovencitas que en aquellos
años ocupaban las páginas de comics de la prensa estadounidense de los
locos años veinte, para tomar un sesgo más realista primero, con un
reflejo de las dificultades de la vida de una joven que se ganaba la
vida con su trabajo. Poco a poco, el tono de la saga se hizo más
dinámico y aventurero, lleno de viajes, misterios y personajes
peligrosos.
La serie se mantuvo hasta 1944, y cuando concluyó, al cabo de más de
tres lustros, la protagonista, que ya no tenía mucho que ver con la
jovencita elegante de las primeras imágenes, había efectuado un viaje
espacial y luchado contra extraterrestres y monstruos.
En 1938, Godwin sustituyó al ilustrador Kemp Starrett en la serie Roy
Powers, Eagle Scout, “la tira oficial de los Boy Scouts de América”, que
continuó hasta 1942.
Por desgracia, no es fácil encontrar las series de Godwin en reediciones
modernas. Y en castellano, en realidad, no hemos tenido nunca demasiada
fortuna con su obra, la mayoría de ella jamás traducida, y cuando ha
conseguido su versión en español, ha tenido que soportar ediciones
remontadas, con traducciones descuidadas y con muy baja calidad de
impresión. Una de las razones de la falta de difusión de su trabajo
historietístico es que sus tiras fueron distribuidas por syndicates
(compañías productoras y distribuidoras) poco importantes, más pequeñas
que las de los grandes nombres del comic que fueron sus contemporáneos.
Estos relatos corresponden a la otra gran serie de Godwin, Rusty Riley.
Con un muchacho como protagonista, carreras de caballos, intrigas poco
espectaculares y unos guiones más “caseros” que los la gran época de
Connie, muchos han considerado ésta una serie menor. Es posible, no
cuenta grandes historias, pero lo que cuenta lo cuenta bien, y el
dibujo… ¡ah, el dibujo de Frank Godwin!
No os lo perdáis, ni el descuido de la Editorial Dólar, que comienza con
un error garrafal en la portada, escribiendo el apellido del
protagonista mal en el título (Rusty RYLEY), remontando las viñetas,
imponiendo textos de apoyo redundantes y cursis para cuadrar las
páginas, traduciendo los nombres de los personajes hasta hacerlos caer
en el ridículo, nada de eso puede hacer olvidar la fuerza de un artista
que llena de vida un papel con la fuerza de su visión y con un lápiz,
una pluma y unos trazos de tinta china.
“El caso de la máscara de diablo”, número 8 de la Serie Amarilla.
“La bruja” número 13 de la Serie Amarilla.

La dramática ilustración de portada no estaba firmada. Esta colección
tuvo como portadistas a dos grandes ilustradores, Jano y Lobo. No soy
capaz de averiguar cuál de los dos dibujó ésta en particular.
Por lo que yo sé, estas dos historietas es todo lo que de Godwin se ha
editado oficialmente en España hasta la fecha (ignoro si alguno de los
muchos clubes y sociedades de amantes del comic ha sacado algo fuera de
los circuitos comerciales), y por el momento no parece que haya ninguna
editorial interesada en poner al alcance del lector inquieto una obra
que se cuenta entre las pioneras del arte de narrar en imágenes.
De: LA BURBUJA DE ALEJANDRO
Bueno, en realidad sí hay algo más de Rusty publicado en España en 1950,
pero con el nombre de Pepe y sus amigos (luego Pepe y los caballos) en
la revista Lupita, de Ed. Cliper.