INTEGRAL-LOS CASOS DEL INSPECTOR O´JAL por Vázquez
Vázquez Gallego nació en Madrid en 1930 y falleció en Barcelona en 1995.
Fue un historietista cómico español perteneciente a la primera o
segunda generación de la Escuela Bruguera, sin que haya un consenso
total entre los especialistas sobre su adscripción. Sus series más
famosas son Las hermanas Gilda (1949), La familia Cebolleta (1951) y
Anacleto, agente secreto (1965).
Mediada la nueva década, Vázquez creó Angelito (1964) y la tercera de
sus series de mayor éxito, la paródica Anacleto, agente secreto (1965).
Tres años después, vieron la luz La Banda del Barón, asuntos de
precisión, Ali-Oli, vendedor oriental y las más famosas Los casos del
Inspector O'Jal y sobre todo Los cuentos del Tío Vázquez, donde unió la
tradición del pícaro con la modernidad de la autobiografía.
El inspector O´Jal y es una serie de historietas de una página, creada
por Manuel Vázquez para "El DDT" (1968), que parodian las historias de
detectives. Inicialmente esta serie se llamó los Casos del Inspector
O´Jal, pero a partir del N.º 201 se llamó también, Inspector O´Jal o El
Inspector O´Jal.
La serie apareció en 1968 en el número 76 de la revista DDT, el 30 de diciembre de 1968.
A partir de 1986 y para la revista Mortadelo creó una variante de esta
serie, con el título de Los casos del Inspector Yes, en la que el
detective limitaba su intervención a decir "Yes" por teléfono.
(Intentaremos hacer también este integral).
El inspector O'Jal son historietas de una página de humor surrealista y
diálogos enloquecidos en las que el personaje del título debe resolver
el caso que le plantean. La solución del misterio se muestra en la
última viñeta y vuelta al revés, para que el lector no la adivine antes
de tiempo. La mayoría de las resoluciones de la serie suelen consistir
en juegos de palabras delirantes. Por ejemplo, en una historieta (Extra
de verano DDT, 1970) el dueño de un caballo de carreras sospecha que
alguien puede estar engordando a su animal para sabotearlo; cuando O'Jal
se entera de que el dueño no le quita ojo en todo el día, adivina que
la culpa es suya ya que el ojo del amo engorda el caballo.
A finales de los años sesenta las historias de detectives y
solucionadores varios de misterios y casos policiales estaban de moda.
Estos relatos habían entrado con fuerza en los hogares a través de las
novelas populares y también con la buena acogida que tuvieron las series
televisivas británicas y americanas de ese tipo en TVE.
Manuel Vázquez, captando la popularidad del tema, aprovechó para hacer
una parodia delirante y surrealista. En esta serie los casos son
absurdamente jocosos, tanto en el planteamiento como en la solución
final, y cabe destacar los brillantes diálogos y los absurdos juegos de
palabras que Vázquez utiliza en boca de sus personajes. Cada historieta,
de una sola página, tenía una viñeta final que resolvía el caso en la
que el lector tenía que girar la publicación para poder leerla. Una
solución rápida y brillante al misterio que el mismo O’Jal parecía
comentar directamente al lector.
Como en el caso de muchas de las series creadas por Vázquez,Los casos
del inspector O’Jalno se libró de pasar por las manos de otros
guionistas y dibujantes.
El inspector O'Jal, va siempre ataviado con traje, sombrero y corbatín,
luce un bigote negro y lleva un cigarro humeante en la boca. Es un
hombre de una increíble agudeza visual, casi tanto como el inspector
Colombo. Aunque su apellido esconde un origen irlandés, sus métodos
rivalizan con los del hiperfamoso detective británico Sherlock Holmes,
sólo que sus casos y clientes son algo más mundanos.
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