INTEGRAL - RIGOLETO
Joan (o Juan) Rafart i Roldán (nació en Barcelona, 22 de noviembre de
1928 y falleció el 13 de octubre de 1997), utilizo como seudónimo “Raf”,
pero utilizó también otros seudónimos menos conocidos como Dino o
Roldán. Se le adscribe a la segunda generación o generación del 57 de la
Escuela Bruguera, junto a autores como Figueras, Gin, Ibáñez, Nadal,
Segura, Martz Schmidt o Vázquez.
Inicia su carrera en los años cincuenta en la serie de aventuras El
Zorro, ya casado y padre de familia. Tras unos inicios practicando la
historieta de grafismo realista, se decantó rápidamente por el
tratamiento humorístico, que ya no abandonó. De formación autodidacta,
tenía una capacidad innata para el dibujo; de hecho, el gran ilustrador
Junceda ya le predijo un extraordinario futuro como dibujante.
En sus inicios compaginaba su trabajo en una fábrica de tintes,
propiedad de su tío, con su colaboración en la revista La Risa de
Editorial Marco, hasta que decidió consagrarse al dibujo de historietas.
En esa época trabaja también para Ediciones Clíper en sus revistas
Florita, Futuro, Yumbo y, sustituyendo a Martz Schmidt, en Pinocho.
Otras revistas empezaron a interesarse también por su obra, como Paseo
Infantil (donde creó a Don Jerónimo) y TBO, donde firmaba como Roldán.
Sus trabajos más conocidos son los que realiza para la Editorial
Bruguera a partir de 1957. Entre 1957 y 1959 colabora en varias revistas
de esta editorial, como El DDT, Pulgarcito y Tío Vivo, a las que
aporta, entre otras, las siguientes series, muchas veces inspiradas en
personajes reales.
Campeonio (1957), Rigoleto (1958), Doña Lío Portapartes, señora con
malas artes (1958), Don Pelmazo Bla, bla, bla... y las mil latas que da
(1959), El Capitán Aparejo, zoquete como un cangrejo (1959)
Tentado por el mercado internacional, abandonó Bruguera para
concentrarse en su colaboración en la agencia Bardon Art. Varios de los
personajes que creó en esa etapa, sobre todo para la editorial inglesa
Fleetway, fueron publicados en diversas revistas de Bruguera (editorial a
la que volvió en 1966), como es el caso de Cosmopolito R-Z-4 u Otto
Chuffen. También en esta época realizó varias series de corte erótico
para la revista chilena El Pingüino.
A finales de los sesenta, vuelve a colaborar en las revistas de
Bruguera, resucitando personajes anteriores y creando otros nuevos. En
esta época, su personaje más destacado es sin duda Sir Tim O'Theo
(1970), historieta que parodia tanto la novela policiaca (especialmente a
Sherlock Holmes) como las rarezas del carácter británico. Es el trabajo
más exitoso y recordado de Raf.
A partir de 1975 empezó también a colaborar en revistas
satírico-políticas como Muchas gracias, Mata Ratos y El Jueves usando el
seudónimo de Dino.
A partir del año 1986 colabora con las revistas "Guai!" y "Yo y Yo" con
la serie Mirlowe y Violeta, también parodia de novelas policíacas, y
para la revista TBO. Para la revista de historietas de terror "Creepy"
crea la serie paródica Zomby y el gato, con guiones de Antonio Segura, y
para los semanarios satíricos "El Jueves" y "Puta Mili", escenas
humorísticas y La fragata capadora, orientadas a un público adulto.
En 1992 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, por el conjunto de su obra.
Continuó colaborando con revistas de historieta hasta su muerte,
ocurrida el 13 de octubre de 1997 por una complicación cardíaca.
Rigoleto se publicó en la revista Selecciones de humor de El DDT, a
partir del N.º 68, el 20-01-1958. Solamente fueron 25 historietas y una
que se publicó en Suplemento de Historietas de el DDT, N.º 027.
Rigoleto es un hombrecillo pequeño, son su pelaje habitual de los
tiempos medievales, con una gran nariz, con su sombrerito con pluma, su
instrumento musical y eso sí, enamorado de todas las mujeres que ve.
Es un trovador que va de aldea en aldea tratando de encontrar a su
ideal, pero claro esta y como es habitual en las historietas no se sale
bien y termina de la forma distinta a como él pensaba que se iba a
desarrollar.
Incluso en una de las historietas un barón le hace llamar para que vaya a
su castillo, y el por supuesto encantado pensando en lo bueno que le
iba a ocurrir, y el barón lo castiga en una rueda de tortura porque no
ha podido pegar ojo con sus canciones y lo mal que canta.
En otra de las ocasiones, como se dice en mi pueblo, canta tan mal que
se produce una inundación. Y una dama le dijo que canta tan mal que si
lo oyen las ranas lo tomaran por su hermano. Otra dama lo hace venir de
madrugada para que le cante, y el por supuesto tan contento que lo hace,
pero era para que la despertase, ya el gallo que la despertaba se había
muerto.
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