Currito Farola, er niño e la bola.
Manuel Vázquez Gallego nació en Madrid en 1930 y falleció en Barcelona en 1995. fue un historietista cómico español perteneciente a la primera o segunda generación de la Escuela Bruguera, sin que haya un consenso total entre los especialistas sobre su adscripción. Sus series más famosas son Las hermanas Gilda (1949), La familia Cebolleta (1951) y Anacleto, agente secreto (1965). Era uno de los autores más influyentes del mercado nacional junto con Francisco Ibáñez.
Currito Farola, er niño e la bola
es una serie de historietas creada por Vázquez para la revista El DDT
en 1951, y protagonizada por el personaje homónimo. A pesar de su corta
vida, la serie destaca por tratarse de uno de los pocos ejemplos de
localismo dentro de la Escuela Bruguera, ya que el protagonista era un
andaluz estereotípico.
La serie apareció en el número inicial de la
revista El DDT en mayo de 1951, manteniéndose de forma continuada hasta
el número 8 de dicha publicación y volviendo a aparecer en los números
del 28 al 41 y el 61, además de un almanaque para 1959, lo que suma un
total de unas 23 historietas.
Además se publicó también en El DDT en su 3ª época, en Mortadelo Gigante y en Bruguelandia, una única historieta en color.
20
años después, en una entrevista mantenida con el investigador Juan
Antonio Ramírez, el propio Vázquez justificaba su corta duración de la
siguiente manera:
No lo sé; debía de ser muy buena. Todo lo bueno muere, se acaba....
El
crítico Enrique Martínez Peñaranda, más prosaico, ha escrito que la
serie "desapareció enseguida, acaso, e incluso entonces, porque no se
consideró conveniente."
Currito Farola er niño e la bola, solo tiene
un personaje recurrente, el propio Currito Farola. Ramírez lo incluye
en el apartado de Marginados, junto a otros personajes de la editorial
como Carpanta (1947), Gordito Relleno (1948), Don Danubio (1951), Morfeo
Pérez (1952), Agamenón (1961), Rompetechos (1964) y Pitagorín (1966),
caracterizados por un alto grado de extrañamiento respecto a su entorno.
Currito Farola es un hombre joven, delgado, con flequillo y sombrero cordobés que se crio en Sevilla pero vive en Barcelona.
La
historieta presenta, como sostiene Martínez Peñaranda, "la parodia de
un andaluz ataviado de manera folclórica con todos los tópicos
inherentes que se manejaban en aquellos tiempos, como su poca afición al
trabajo, los motivos taurinos..." Currito se levanta a las doce del
mediodía (los días que madruga), es aficionado a los toros y por
supuesto habla con acento andaluz. Le gusta dar paseos por el campo en
donde tiende a encontrarse cosas como dinero o un ballenato.
Curiosamente no es supersticioso, o por lo menos no lo era hasta que en
una historieta después de plantar cara desafiante a varias
supersticiones (salir en martes y 13, pasar debajo de una escalera,
etc.) se encuentra un toro salvaje dentro de una caja con el número 13.
A pesar de su carácter "farolelo" le engañan fácilmente, por ejemplo en
una historieta un ladrón consigue atraerle hasta él mediante carteles.
Descontando
los tópicos andaluces, las peripecias del sevillano recuerdan los
infortunios de otros personajes de la misma época del autor como
Heliodoro Hipotenuso. Así, donde este último personaje terminaba la
historieta diciendo "me muero", Currito la finalizaba con "La he
parmao". En la última aventura del personaje le arrojan al puerto de
Barcelona con una bola de plomo atada al pie.
Esta historieta es uno
de los pocos casos en que aparecen localismos en un tebeo de Bruguera,
cosa debida en parte a la falta de tradición de hacerlo así y en parte
por miedo a la censura franquista que prefería evitar referencias a
entornos geográficos reales.
¡El gran Vázquez, yupi! ¡Muchas gracias y feliz año 2022 a todos!!
ResponderEliminarAltaïr
Muchas gracias.
ResponderEliminarAmériko.