Junto con otros compañeros de Madrid como Casarrubio y Bielsa, Santiago Martín Salvador comenzó a colaborar en la revista Chicos de Consuelo Gil en su tercera etapa, con historietas del oeste como “Los dos terremotos” o “Los dos diablos”, ambas con guiones de John Warren, o el serial “El tambor de granaderos” ya para Ediciones Cid, con guión de González Casquel. La interrupción de Chicos en el número 69, significaría también el final de “El tambor de granaderos” a pesar de que en ese último número se anunciase la continuación de la historieta en el siguiente número 70, que nunca llegó a publicarse; lo que puede significar que, sino un capítulo completo, al menos algún episodio debió quedarse terminado, aunque nunca lo sabremos con certeza.
Una lástima, porque el trabajo de ambos autores, guionista y dibujante, tenía interés. Sobre todo admira el trabajo de un Martín Salvador que, nacido en Madrid en 1935, en esas fechas debía de tener 19 años.
También con González Casquel realizó su primera obra de amplia difusión popular, Mendoza Colt, de Editorial Rollán, una serie de cuadernos del Oeste que tuvo que abandonar tras iniciar el servicio militar obligatorio. Con algunas colaboraciones más en publicaciones madrileñas (Aventuras del FBI, también de Rollán, o la revista Balalín), así como algunos episodios para la colección Hazañas del Oeste de la barcelonesa Toray, desde finales de los cincuenta se dedicó por completo a trabajar a través de agencias artísticas, en concreto con Selecciones Ilustradas de Josep Toutain (aunque ya había realizado algunas tiras del personaje Dusty Calvert para la agencia madrileña Histograf).
También para Toutain realiza, en 1972, con guiones de Víctor Mora la serie de doce capítulos sobre el bandolero inglés Dick Turpin, con un impecable blanco y negro.
A mediados de los ochenta, tras la crisis de la industria del cómic que supuso el cierre de la mayoría de revistas destinadas a adultos, comenzó a trabajar como ilustrador para el mercado editorial, el cinematográfico y el publicitario, realizando numerosos storyboards.
Tras algunas experiencias más con la historieta a principios de los noventa (nuevas historietas de horror realizadas directamente para la revista Creepy española, o colaboraciones en Mentalman o Galimatías), abandonó por completo el medio para dedicarse a la ilustración y la pintura.
Premio Oso en la Expocomic de Madrid 2013.
Curioso, no conocía ni el cómic ni tan siquiera a su autor, así que será un interesante descubrimiento... Gracias, Emilio.
ResponderEliminarPor cierto, como anécdota, el cómic debe estar basado en la zarzuela homónima del maestro alicantino Ruperto Chapí, "El tambor de granaderos" (1894), aunque la obra de Chapí tira más al romance; pero también está protagonizado por un muchacho que se niega a servir bajo la bandera de Pepe Botella ;)
Vinatea, González Casquel fue un guionista muy prolifico por lo que, seguro, tienes más cosas suyas sin saberlo. Y la historia del tamborilero es más conocida que el villancico del mismo nombre de Raphael: El Tambor del Bruch (en catalán el timbaler del Bruc, "el tamborilero del Bruch" o también conocido popularmente como El Niño del Tambor) es el nombre de una leyenda formada a partir de hechos ocurridos en 1808 durante la Guerra de la Independencia Española. La identidad real del tamborilero se atribuye a Isidre Lluçà i Casanoves, nacido en Sampedor (Barcelona) en 1791 y muerto en 1809..
ResponderEliminarAh vale, conocía la historia del Tambor del Bruch de oídas; más que nada porque lo mencionaron en el cómic de los Petisos Carambanales de Superlópez, y en el de Mortadelo y Filemón de la Guerra de la Independencia española, que si no... ^^*
Eliminarpor favor, el link no funciona, puede usted resubirlo ?
ResponderEliminarmuchísimas gracias, un beso.
ResponderEliminarPodeis decirme en qué números de chicos sale "El tambor de granaderos" de Martin Salvador?
ResponderEliminarGracias
jose maria rovira
Tienes los números en los nombres de las páginas del volumen.
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