La historieta argentina de los ’90 nos dejó, entre otras cosas, dos
duplas creativas de alto vuelo. Una, es el omnipresente támden
Mazzitelli - Alcatena, que desde las páginas de Skorpio, dejaron dos
obras seminales, Travesía por el laberinto y Acero Líquido. La otra, es
Ferrari – Capristo, de larga colaboración para el mercado italiano, y
que aquí, en la revista D’artagnan, mostró lo que era capaz de hacer con
El Dios.
Los seis capítulos de El Dios bastan para ponerla entre una de las mejores obras editadas alguna vez en nuestro país. Aparecieron en entre Febrero y Abril de 1994 -las revistas de Columba tenían periodicidad quincenal.
El Dios es una mezcla de sub-géneros de Ciencia Ficción, Steampunk en un futuro distópico y post-apocalíptico. En un mundo donde las máquinas dejaron de funcionar hace mucho y la humanidad sobrevive con modos y costumbres propios de épocas anteriores a la Revolución industrial, un robot alienígena cae desde el cielo para volver a poner en marcha el mundo. El melancólico final es una ejercicio de elipsis formidable.
Ferrari, maneja los hilos de la narración con soltura y se toma su tiempo para contar aquello que debe ser contado. Capristo, un dibujante siempre en evolución, muestra la influencia del manga en su narrativa, pero su trazo, si bien dinámico, se mantiene clásico. Una mención aparte merece el tratamiento del color, que es excepcional; resulta raro decir esto hablando de Columba, pero aquí es una infrecuente realidad que merece destacarse.
Fuente: Revista Kirk
Los seis capítulos de El Dios bastan para ponerla entre una de las mejores obras editadas alguna vez en nuestro país. Aparecieron en entre Febrero y Abril de 1994 -las revistas de Columba tenían periodicidad quincenal.
El Dios es una mezcla de sub-géneros de Ciencia Ficción, Steampunk en un futuro distópico y post-apocalíptico. En un mundo donde las máquinas dejaron de funcionar hace mucho y la humanidad sobrevive con modos y costumbres propios de épocas anteriores a la Revolución industrial, un robot alienígena cae desde el cielo para volver a poner en marcha el mundo. El melancólico final es una ejercicio de elipsis formidable.
Ferrari, maneja los hilos de la narración con soltura y se toma su tiempo para contar aquello que debe ser contado. Capristo, un dibujante siempre en evolución, muestra la influencia del manga en su narrativa, pero su trazo, si bien dinámico, se mantiene clásico. Una mención aparte merece el tratamiento del color, que es excepcional; resulta raro decir esto hablando de Columba, pero aquí es una infrecuente realidad que merece destacarse.
Fuente: Revista Kirk
Si copian un texto de otro blog (de Revista Kirk en este caso), corresponde dejar un link al sitio de donde copiaron la nota (y pedir permiso para usarla, por supuesto). Nuevamente los scans fueron extraídos del grupo Woodiana infringiendo las normas de ese grupo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarEste es el link en donde se puede hallar la nota completa de revista Kirk y en donde también se ofrece la descarga del material, obtenido gracias a miembros que estuvieron infringiendo la normas del grupo, aunque al menos no le han puesto ningún sello extraño, han señalado el origen del material y han escrito su propia reseña.
ResponderEliminarhttps://revistakirk.wordpress.com/2013/12/17/el-dios/
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