viernes, 8 de mayo de 2020

Recordando a... Pedro Gutiérrez - 2 Tomos - EAGZA






Según Szymanczyk en “Historia de las historietas en Argentina”, Pedro Antonio Gutiérrez Salazar se inició en el dibujo desempeñándose brevemente como ayudante de Dante Quinterno, tras lo cual publicó en 1929 en La Novela Semanal la historieta “La barra de Candelario” (aunque es posible que antes, en 1928, participara en “Rulito, el gato atorrante” de Raúl Roux, publicada en El Tony), a la que seguirían entre 1939 y 1940 títulos cómicos infantiles como “El gaucho Juan Pereyra”, “Rafucho” y “Taponazo”, varias de ellas en la revista Figuritas. En 1941 Gutiérrez concreta su primera historieta seria titulada “Hacia otros mundos”.

Aquella incursión de 1941 no parece haber tenido continuidad y Gutiérrez siguió ligado al humor gráfico, campo en el cual en 1951 integró el equipo de colaboradores de la revista Ping-Pong para la cual realizó el personaje homónimo (también lo hacía Giraldo) y otro denominado “Catapato”. Para la misma época –mediados de los cincuenta- uno de los primeros folletos de la Escuela Panamericana de Arte lo incluía junto con Fernand y José María Clemen en el grupo de dibujantes que habían “ayudado también a desarrollar” el Curso de los Famosos Artistas, señalando además su actividad en el campo del dibujo publicitario y la ilustración.

En 1954 Gutiérrez vuelve a alternar el dibujo de humor con la historieta de aventuras y firma los dibujos de la serie que daba nombre a una revista quincenal de muy reducido tamaño, Yanko, aventuras de un detective de Nueva York escritas por Pilo Mayo (Rafael Dente). Y en 1956 se suma a la larga lista de dibujantes que realizaron Poncho Negro, 
de Editorial Sugestiones.

A principios de los 60 publica en Columba, entre otras “Gunga Din” (Album El Tony, 1961), “Peligro en la sombra” (Fantasía, 1963), adaptaciones de películas como “Juramento de Venganza” (D’Artagnan) son muestras de ese trabajo tanto en el género de aventuras, policial, de ambiente deportivo e historias de la vida cotidiana en Intervalo, a lo que debe sumarse el género gauchesco a través de la serie “Hombres de Fortines” que realizó en el Album de El Tony, además de numerosas historietas sueltas como, Cirios amarillos en París, en D’artagnan, 1961 o El héroe fugitivo en Intervalo en las mismas fechas. También a inicios de los años sesenta colaboró en la revista Fuego con historietas de tema bélico.

“Los mártires” (Fantasía, 1971), “Un pistolero a sueldo llegó a Detroit” (1971) y la serie “Años sin ley” (1975) ambas en D’Artagnan y ambientadas en los años veinte son parte de la etapa final de Pedro Gutiérrez en Columba (Escuadrón ranquel, de 1978, en
 D’artagnan Extracolor 399 es lo último que he encontrado publicado), 
donde dibujantes de larga trayectoria iban siendo reemplazados por otros estilos gráficos más modernos. Alejado de cualquier virtuosismo, la obra de Gutiérrez destaca no obstante por una forma de dibujo que lo hacía claramente identificable. 
Como dice Carlos R. Martínez en Top-Comics: “Haciendo un juego de palabras 
y sin ningún animo peyorativo, todo lo contrario, podríamos decir que fue no un “ilustre desconocido” sino un desconocido ilustre de nuestra historieta”.

Fuentes: Top-Comics - Historia de las historietas en Argentina - otros 


 

 




















 




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